Sumidos en la virtualidad, los oradores ahora incluyen un eslabón más a la lista de las cuestiones a tener en cuenta antes de dar una videoconferencia: la tecnología. 

Más allá del discurso en sí o la preparación emocional y mental, los dispositivos tecnológicos marcan un gran diferencial a la hora de ofrecer una disertación.

En este último tiempo, los Speaker Tracking han marcado tendencia y cada vez más personas apelan a su utilización. Se trata de cámaras de videoconferencias con inteligencia artificial que realizan un seguimiento al hablante. 

La innovación está en capturar y rastrear con precisión al orador en tiempo real sin importar su ubicación. Identifica a la persona que habla y lo enfoca de forma constante. Si nadie habla durante un tiempo, la cámara se alejará automáticamente y enmarcará a todos los presentes. 

De esta manera el disertante puede desenvolverse con soltura y mejorar la experiencia a los participantes. Además, éstos podrán ver con finitud la expresión y el lenguaje corporal de quien les habla.

¿Qué se requiere para su funcionamiento? En primer lugar, que los micrófonos y las cámaras de formación trabajen juntos para obtener un resultado óptimo. Los primeros, detectan la fuente de sonido y guían a la cámara para enfocar allí. Luego ésta se moverá, se inclinará o hará zoom según la ubicación de la fuente de sonido.

Un caso ejemplar es el Speaker Track de CISCO que permite la identificación completa o parcial del orador y posee un procesador que indica directamente a las cámaras dónde moverse.

La tecnología de seguimiento de oradores ha de lograr que todos los participantes experimenten una videoconferencia fluida y de nivel cinematográfico que mejora la eficiencia del speech que hoy, con más y mejor tecnología, quedará en el corazón de los oyentes.