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Cómo mejorar la experiencia de compra de tu tienda con tecnología

Luego del freno de la pandemia y tras la explosión del comercio electrónico, las tiendas físicas vuelven al ruedo con experiencias más envolventes, personalizadas e interactivas. 

Sin competir con el e-commerce -más bien unido a él-, las compañías incluyen tecnologías que atraen no solo a los usuarios que buscan productos de manera presencial, sino también a los consumidores online más reticentes.

En primera instancia, para unir ambos formatos, las empresas minoristas incorporan pantallas que crean un nuevo puente entre el sistema offline y online. Tal es el caso del uso de los códigos QR, que llevan al cliente de la tienda física al sitio de comercio electrónico de la marca.

Con el tiempo, la cartelería digital, las soluciones de video wall y los wayfinding se han convertido en una base para los negocios físicos. A esto, se le suma las pantallas interactivas que se combinan con tecnologías de realidad aumentada. 

Específicamente, el mundo de la moda experimenta esta última innovación con los probadores inteligentes. A través de las denominadas etiquetas RFID, que permiten gestionar de forma digital todo el stock, entre otras funcionalidades, las personas pueden verse con las prendas en el “espejo tecnológico” sin tener que ponérsela.

Quienes se encuentran presentes en centros comerciales o shoppings pueden ser parte de una experiencia integral mayor y más incisiva. Las pantallas digitales orientadoras crean un “viaje” más inclusivo y provechoso al cliente que recorre por los locales. Con el Código QR, por ejemplo, podrán obtener información, descuentos y datos útiles que inciden en la decisión final de compra. 

En esta línea, la tecnología AV es fundamental. Junto con una estrategia que incluye soluciones de CRM (Customer Relationship Management) y programas de fidelización, la señalización digital se convierte en una herramienta clave para educar, comunicar, vender y mejorar la interacción del espectador con el contenido.

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Gestión y análisis del espacio

Más allá de los beneficios y la búsqueda de atención de los clientes, las tecnologías en los locales físicos minoristas juegan un rol fundamental en el aporte de datos que sirvan a la tienda para crecer. En este marco los kioscos de autoservicio y las pantallas interactivas son muy útiles. 

Las etiquetas RFID adheridas en la base del producto, por ejemplo, permiten medir el interés del usuario al registrar la frecuencia con que se tomó dicho artículo. De esta manera, se recaba información de la afluencia, participación y, en última instancia, de las ventas que hubo en el local.

Sumado a esto, se encuentra el uso de sensores y cámaras que realizan mapas de calor y monitorean el flujo de las personas. De esta manera, se podrá identificar si el contenido de las pantallas tienen el impacto esperado en los clientes. 

Por último, aparece la inteligencia artificial y los software de análisis de marketing. Su estudio, a través de las cámaras, ayuda a comprender los patrones de compra de los usuarios y a medir el impacto de la tecnología para que, en caso de que sea necesario, replantear una nueva estrategia.

Así es como las nuevas tiendas físicas se animan a dar el gran paso a una nueva revolución en el proceso de compra.

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